jueves, 20 de junio de 2013

DESDE QUE TE VÍ CON LAS CHANCLAS DE PALO...

Desde que te vi 
con las chanclas de palo
dije para mí 
que era malo, muy malo...

Fandango castellano


Siempre asociamos el calzado de madera en Europa con los Países Bajos, pero nada más lejos de la realidad. Desde Suecia hasta Portugal, pasando por Italia, Inglaterra, Alemania... hasta llegar a América, la madera ha calzado desde antiguo al hombre. En Francia reciben el nombre de "sabots", y se dice que de allí deriva la palabra "sabotaje" puesto que los operarios descontentos de algunas fábricas arrojaban sus sabots a la maquinaria para dañarla.
En la España del Cantábrico (albarcas, madreñas...) tienen como característica diferencial que generalmente constan de tres pies, situados dos delante y uno detrás de los cuales carecen los de otros países y su uso está especialmente extendido por Galicia, Asturias, Cantabria y Norte de Castilla y León (aunque también fueron muy usadas en comarcas centrales como la Tierra de Campos). La otra importante zona hispana, el Pirineo, conservó el uso de los "esclops" en tierras catalanas hasta hace pocos años, aunque su tipología (como en Huesca) es más similar a la francesa, hechos de una pieza y con una tira de material en el empeine. 
Tambien existen en Inglaterra zapatos con suela de madera al estilo de las zocas,  choclos, galochas o tamancas, llamadas allí cloggs que suelen emplear en la actualidad algunos grupos de danzantes Morris. 
En la foto superior albarcas lebaniegas (foto de Tono Reguera). En las inferiores calzado de madera de Inglaterra (dancing cloggs), Cataluña (esclops), Bretaña (sabot bretón, Francia) y Bethmale (sabot bethmale, Francia, fotos de Christophe Nussbaum).

Amaya Medina







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